Sergey Brin respalda el proyecto con US$ 330.000, permitiendo el cultivo de suficiente carne de laboratorio para crear una hamburguesa, cocida y comida el 5 de agosto de 2013.
El empresario creó Google con su colega de universidad Larry Page, y ahora son unas de las personas más ricas del mundo. Ambos respaldan un historial de proyectos que suenan como de ciencia ficción. Se unieron al director de cine James Cameron y otros, para investigar la minería en asteroides, y Brin es inversionista en la empresa de vuelos espaciales privados Space Adventures, que venden viajes a la luna por US$ 100 millones. Google también está desarrollando vehículos sin conductor y financiando otros proyectos de energía verde.
“Si lo que estás haciendo no es visto por algunos como de ciencia ficción, probablemente no sea suficientemente transformador. Las vacas son muy ineficientes; necesitan 100 gramos de proteína vegetal para producir sólo 15 gramos de proteína animal comestible; en este momento es sólo una prueba de concepto; estamos tratando de crear la primera hamburguesa de carne cultivada; a partir de ahí me siento optimista para que podemos escalar realmente a pasos agigantados.”, dijo Brin.
El dinero de Brin fue utilizado por un equipo dirigido por el fisiólogo Dr. Mark Post de la Universidad de Maastricht, para hacer crecer 20.000 fibras musculares de células madre de vaca durante tres meses. El objetivo era crear tejidos biológicamente idénticos a la carne.
La carne de laboratorio podría convertirse en una alternativa viable para hacer frente al creciente impacto medioambiental del consumo de carne en todo el mundo.
Alrededor del 30% de la superficie utilizable de la Tierra ya está cubierta por tierras de pastoreo para los animales, en comparación con sólo el 4% de la superficie utilizada directamente para alimentar a los seres humanos.
La biomasa total de nuestro ganado es casi el doble que la de los habitantes del planeta, y representa el 5% de las emisiones de dióxido de carbono y el 40% de las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero.
Para 2060, está previsto que la población humana aumente a 9,5 millones y, con una creciente demanda de carne en China e India, se espera que el mercado de la carne se duplique. La carne cultivada podría reducir la necesidad de tierra y agua hasta en un 90% y el uso total de energía hasta en un 70%.
En: The Guardian, agosto de 2013
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