Algo más que la adaptación podría estar impulsando la evolución de las especies

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¿Cómo se explica la increíble variedad de vida en la Tierra? Es obvio: la evolución, por supuesto! Pero tal vez no sea el tipo de evolución que todos conocemos.


Algunos ecologistas dicen que la teoría necesita una actualización y proponen una nueva dinámica que impulsa la aparición de nuevas especies, sin que implique la adaptación o la supervivencia de los más aptos.

“Denle a la evolución suficiente tiempo y espacio, y nuevas especies aparecerán”, dicen. La especiación (*) no sólo podría ser una consecuencia evolutiva de las diferencias de aptitud y selección natural, sino una propiedad intrínseca de la evolución. “Nuestro trabajo demuestra que la evolución quiere ser diversa. Es suficiente con que los organismos se propaguen en el espacio y el tiempo.”, dijo Yaneer Bar-Yam, presidente del New England Complex Systems Institute.

(*) Proceso mediante el cual una población de una determinada especie da lugar a otras poblaciones, aisladas reproductivamente entre sí y de la población original.

En marzo de 2013, el trabajo Evolution and stability of ring species (Evolución y estabilidad de las especies en anillo), Bar-Yam y los ecologistas brasileños Ayana Martins de la Universidad de Sao Paulo y Marcus Aguiar de la Universidad de Campinas, modelaron la evolución de unas aves (Phylloscopus trochiloides)que viven alrededor de la meseta tibetana.

Estas aves son lo que se conoce como una especie en anillo, un fenómeno poco común que ocurre cuando las especies viven en espacios conectados en serie. Los genes fluyen por el anillo, pasando por las poblaciones contiguas hasta las puntas del anillo. En estos puntos finales las poblaciones están demasiado separadas para reproducirse pero coexisten, cerrando, así, el anillo.

Para los estándares habituales, estas poblaciones finales se convirtieron en nuevas especies. Según los investigadores del modelo, para explicar la divergencia de las aves no se necesitan adaptaciones especiales o diferencias en la aptitud reproductiva.
Sin duda, la adaptación y la selección natural jugaron un papel en la evolución de las aves, pero no fueron necesariamente las fuerzas conductoras. Y aunque la geografía influye, es muy diferente a la separación física de poblaciones, aisladas por cadenas montañosas o islas.
“La meseta juega un papel importante en la formación de la especie en anillo, pero no bloquea el flujo de genes. No se requieren barreras ni procesos de selección específicos.”, dijo Aguiar. Más que la adaptación, es la distancia lo que impulsa la evolución.

Esa noción cae bajo el paraguas de la teoría de la biodiversidad neutral, tal el nombre para el dramático desafío a la idea de que la adaptación es la fuente de la diversidad biológica. Definida por ecólogo Stephen Hubbell de la University of California, Los Angeles, en 2001 en su The Unified Neutral Theory of Biodiversity and Biogeography (Teoría Neutral Unificada de la Biodiversidad y la Biogeografía), surge por la tremenda dificultad de explicar la biodiversidad, o por qué la vida se organiza de la manera en que está.

La biodiversidad neutral no rechaza los estímulos evolutivos clásicos: la adaptación y el aislamiento geográfico, que claramente funcionan en la formación de los rasgos de las especies y la generación de la diversidad; pero estos estímulos no parecen explicar todos los esquemas.
Las especies en anillo no son las únicas desconcertantes. Los bosques tropicales, que originalmente inspiraron la teoría de Hubbell, parecen tener muchas más especies que nichos de ser adaptativamente habitados. Los modelos evolutivos normales no se ajustan a este fenómeno.

Algunas fuerzas subestimadas parecen estar operativas, las que Hubbell identificó como “deriva genética neutral”, esto es que, a gran escala, el flujo de las variaciones genéticas aleatorias que surgen en los individuos y se propagan entre las poblaciones, son “neutrales”, no tiene función biológica.
Que la mayoría de las mutaciones son neutrales no es una idea nueva; fue propuesto por primera vez a finales de 1960 por el genetista japonés Mootoo Kimura, y es aceptado en la genética de poblaciones. Lo que es nuevo, aun considerando sustanciales diferencias entre especies, es que pueda impulsar la diversidad por sí misma.

Cómo es que esto podría funcionar exactamente y qué tan importante puede ser, fue debatido acaloradamente desde entonces. Algunos ecologistas rechazan la idea por completo. Otros investigadores, como el del grupo de Bar-Yam, se han basado en las ideas originales de Hubbell, que ofrecen una hipótesis alternativa a la adaptación y selección de las nuevas especies, pero es difícil saber si realmente se producen procesos neutros.
Los modelos computacionales de la biodiversidad neutral a menudo parecen predecir los patrones de la vida real, pero esto no quiere decir que tenga razón. Los datos necesarios para comprobar explicaciones de neutralidad deben abarcar miles de años, y no deben limitarse a unas pocas especies sino a ecosistemas completos.

El ecologista Rampal Etienne de University of Groningen, cuya investigación sugiere que la reproducción sexual acelera la velocidad de la evolución, dijo: “La pregunta más importante es qué datos serán capaces de distinguir las explicaciones neutrales de las no neutrales. Como cualquier modelo, el del grupo de Bar-Yam se basa en suposiciones e imita veladamente la realidad. Su valor más fundamental, al igual que con otros trabajos sobre la biodiversidad neutral, es que examina críticamente si la adaptación explica totalmente la riqueza del mundo natural.”

En otras palabras, la teoría de la evolución todavía está evolucionando.

En: Wired, marzo de 2013

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